Invertir requiere de varias habilidades como evaluar los fundamentales de las empresas o determinar la dirección de una tendencia, pero ninguna tan importante como la mentalidad al invertir. Saber contener las emociones y pensar con claridad son componentes básicos en la psicología de las inversiones.
Los enemigos
Hay dos emociones que se debe entender para mantenerlas bajo control: la avaricia y el miedo. Un inversionista exitoso no debe permitir que estas emociones obstaculicen sus decisiones de inversión.
La avaricia se presenta en momentos en los que el mercado se está moviendo a favor del inversionista y está experimentando una plusvalía (ganancias) en su portafolio y se queda esperando que los precios sigan subiendo indefinidamente. Lo cierto es que los precios experimentan alzas, pero llega un momento en el que tienen correcciones y bajan. No contar con un plan de toma de utilidades puede ocasionar que el inversionista se sienta impulsado por la avaricia de querer ganar mas, y es muy probable que por ello pierda las ganancias acumuladas cuando el mercado tenga una corrección.
El miedo es una emoción inherente al ser humano y se presenta cuando el mercado se está moviendo en contra de las posiciones del inversionista y está experimentando una minusvalía (pérdidas) en su portafolio. Los precios suelen caer por noticias o expectativas negativas. El miedo puede ocasionar reacciones exageradas y que el inversionista se sienta obligado a liquidar sus posiciones. El miedo como emoción natural del ser humano ante una amenaza, y por ello el miedo mismo en una amenaza para los inversionistas. Esta emoción es una de las principales causas en México de que la educación financiera es tan baja.
Cómo atacarlos
- Realizar análisis financiero. Analizar el mercado te permite tener un panorama claro de la posible dirección del mercado.
- Elaborar un plan de “trading”. Establecer de antemano los niveles de precio de entrada, toma de utilidades y paro de pérdidas (stop loss) te debe dar la certidumbre de lo que sucederá
- Ser disciplinado. Asegurarte de seguir el plan es la manera de asegurar ganancias y limitar el riesgo.
- Tener confianza en tí mismo. Bloquea tus oídos a los comentarios de otros, confía en tu análisis y en tu disciplina.