Esta es una de las preguntas más comunes que nos hacemos cuando tenemos un capital y el deseo de ponerlo a trabajar. En términos generales, la decisión de inversión depende de varios factores como la educación, el género, la edad, la situación económica, la necesidad de recuperar la inversión, la necesidad de contar con liquidez, la necesidad de contar con ingresos periódicos, la tolerancia o aversión al riesgo, los conocimientos que se tengan sobre inversiones y algunos otros de diferente naturaleza. En resumen, la combinación de todos estos factores nos da una enorme cantidad de posibilidades porque no todos somos iguales, es decir, no perseguimos los mismos objetivos de inversión. Por tanto, es muy poco profesional que alguien, ignorante o sabio, experto o inexperto, bien o mal intencionado, se atreva a responder a la pregunta “¿en qué invertir”? con una respuesta inmediata, única y concreta. Aquellas personas que responden así, solo denotan ignorancia y soberbia por querer quedar bien o presumir que conocen de inversiones. Es común que acudimos a nuestros conocidos de confianza, al padre, al tío rico, al contador de la empresa, al compadre. La realidad es que, a menos que sea el caso, ellos no son asesores en inversiones expertos y certificados.
La respuesta a la pregunta es compleja y aquí pongo algunas preguntas que nos debemos responder primero que nada:
- ¿para qué quiero invertir? Quizá quiero ahorrar para comprar un automóvil, o irme de vacaciones, o dar el enganche de una casa. Estas son metas a corto plazo, por lo que necesito invertir en algún instrumento que tenga liquidez para recuperar mi capital en ese tiempo. Además necesito que tenga el mínimo riesgo para no perder si es que necesito convertir mi inversión de inmediato. En un caso diferente si quiero invertir para pagar la educación universitaria de mis hijos, entonces el horizonte de tiempo es mucho mayor y puedo permitirme invertir en instrumentos de largo plazo y con mayor nivel de riesgo, porque aunque en el corto plazo tendrá alzas y bajas, en el largo plazo es mas probable que suba de precio.
- ¿cuál es mi tolerancia al riesgo? Esto tiene que ver con la postura o actitud que tenemos frente a la posibilidad de perder. Las personas reaccionan diferente, algunos son totalmente adversos al riesgo y les causa malestar, incomodidad o hasta afectación a la salud, mientras que otros son amantes del riesgo y les causa emoción, adrenalina, motivación.
- ¿cuál es mi nivel de conocimientos sobre inversiones financieras? Se dice que a mayor conocimiento las personas tienden a invertir en instrumentos más complejos o sofisticados y correr mayor nivel de riesgo, pues comprenden esa relación riesgo-rendimiento. Un menor nivel de conocimiento causa incertidumbre, no entender porqué mi inversión va perdiendo nos causa preocupación y nos puede llevar a tomar decisiones desesperadas.
- ¿cuál es mi experiencia en inversiones? cuando probamos algo por primera vez, generalmente entendemos el funcionamiento, características, resultados y escenarios posibles, así que las próximas veces nos resulta más sencillo invertir en los mismos instrumentos o incursionar gradualmente en inversiones más sofisticadas que implican un mayor nivel de riesgo.
Adicionalmente, por alguna razón que desconozco, estadísticamente el género masculino es más propenso a tomar decisiones de riesgo e invertir en instrumentos financieros de alto rendimiento y mayor nivel de riesgo, mientras que el género femenino tiende a ser más conservador en sus decisiones de dinero. Por otra parte la edad juega un papel importante, pues los jóvenes sienten que tienen un horizonte de tiempo mayor para recuperar su inversión, son más aventureros y liberales, así que si llegan a perder, saben que eventualmente lo van a recuperar, mientras que los adultos mayores ya no tienen esa necesidad de la aventura y las emociones y prefieren escenarios tranquilos y conservadores, por lo que prefieren invertir en instrumentos de bajo riesgo y bajos rendimientos.
En todo caso, observa que existe una relación directa entre rendimiento y riesgo en la mayoría de los instrumentos financieros de inversión y en la mayoría de las condiciones de mercado estables, porque existen instrumentos y condiciones de mercado que rompen con esta relación, de tal modo que correr un grado mayor de riesgo a veces representa generar menores rendimientos.
No es tan simple entonces la respuesta de ¿en qué invertir?. Acércate a un profesional de las inversiones para que te ayude a determinar tu perfil, en primer lugar, conocerte y saber si tienes perfil conservador, medio o agresivo, y luego analiza las opciones de inversión que sean acordes a tu perfil. Finalmente, realiza un análisis profundo sobre los precios de los instrumentos y la situación fundamental que están pasando para encontrar el instrumento o la cartera (varios instrumentos) que son ideales para tí, no para tu compadre.
A manera muy superficial, te comento algunas características de las opciones de inversión mas comunes.
a. Guardar el dinero en el “colchón” (o caja fuerte). Aunque tenemos la percepción de seguridad pues tenemos el dinero en nuestras manos, en realidad pierde valor con el paso del tiempo por efectos de la inflación. Además, siempre se corre el riesgo de que sea robado, extraviarlo o perderlo en un evento como un incendio, inundación, asalto, etc. o simplemente gastarlo pues está “a la mano”.
b. Comprar artículos de consumo como muebles o un automóvil. Son objetos que pierden su valor con el paso del tiempo y por el uso que se les da. Además de que no producen rendimientos sino lo contrario, causan gastos.
c. Comprar una propiedad inmobiliaria. Tradicionalmente se considera una inversión sólida y, cuando menos en México, tienen a ganar plusvalía con el paso del tiempo, sin embargo, no ofrecen liquidez pues no podemos usar ese dinero para una emergencia o necesidad, y venderlo en esas condiciones nos puede causar una pérdida. Generalmente es una inversión patrimonial que se considera dejar a los herederos. En el caso de propiedades adicionales, que se suelen poner en el mercado de arrendamiento, en promedio puede generar un ingreso anual de entre un 5% y un 8% por concepto de rentas, y se deben considerar los impuestos prediales, gastos de mantenimiento, seguros, etc.
d. “invertir” en el banco. Lo pongo entrecomillado porque aunque los bancos le llaman “inversión” en realidad es un préstamo que le haces al banco. Es una operación deudora-acreedora en la que le prestas dinero a cambio de un interés fijo a una tasa muy baja. Ese dinero el banco lo usa para prestarlo a sus clientes a una tasa muy alta. Gran negocio del banco, pero no para tí. Generalmente es seguro pues el banco se compromete a devolverte tu dinero en una fecha futura con la esperanza de obtener dinero prestado de otro cliente. Las tasas de pagarés van desde cero hasta un 3% anual en promedio.
e. poner un negocio. Aquí estamos frente a toda una odisea. Desde comprar un auto y meterlo de “uber” hasta montar un negocio de alta tecnología. Debes tener el espíritu emprendedor y el carácter para lidiar con trámites de gobierno, proveedores, empleados, impuestos, imss, clientes, logística, precios, costos, contabilidad y un interminable etcétera. Pero para ponerlo en contexto, el promedio de rendimiento que les queda a las empresas que cotizan en la bolsa, después de pagar impuestos y todo lo demás, es de un 8% anual.
Por todo esto, vale la pena dedicarle un tiempo a conocer otras opciones que te ofrecen menos dolores de cabeza, que te dan libertad de tiempo, que te las manejan expertos asesores, pero sobre todo, que te pueden hacer ganar mas, mucho mas.