En 2020 con el inicio de la pandemia el mundo se adentró en una etapa difícil no solo en el ámbito de la salud, indudablemente el sector económico se vio azotado por un sinfin de situaciones que no han hecho más que empeorar el panorama para los próximos años. Adicionalmente, con el inicio de la nueva década nos expusimos a nuevas variantes de coronavirus como son delta y omicron, una inflación que está muy lejos de ser llamada transitoria, conflictos políticos y económicos derivados de la guerra entre Rusia y Ucrania, y algunos otros que han atormentado a los mercados y a su vez mantenido intranquilos al público inversionista.
Por si esto fuera poco, en los últimos días los mercados se han mantenido alertas tras ser advertidos sobre una posible recesión económica en EE.UU. que podría dar por iniciada a mediados del próximo año. Dicho presagio ha encontrado su fundamentado en un fenómeno dado en el mercado de bonos estadounidenses, este fenómeno es conocido como “inversión de la curva”, mismo que consiste en que los rendimientos de los bonos en el corto y mediano plazo llegan a ofrecer mejores rendimientos que los de un largo plazo; el comportamiento que naturalmente pudiéramos entender cómo “ a un mayor plazo, mayor rendimiento esperado” es totalmente abatido ante dicha inversión de la curva.
Por consiguiente nace la pregunta: ¿Qué tiene que ver esto con una recesión?. Pues bien, históricamente se ha tenido a este fenómeno como un antesala a una recesión, aunque este no puede ser considerado como una confirmación del inicio de una, si es considerado como un indicador que ha tenido lugar en algunas crisis como la inmobiliaria en el 2008.
Otro elemento inquietante que ha tomado relevancia en estos días es la previsión de una crisis inminente, pronosticada por los analistas de Deutsche Bank, argumentando que esta se verá influida con el aumento de las tasa de interés ante un intento de combatir la inflación por parte de la Reserva Federal Estadounidense. Otro factor que juega un papel crucial para este infortunado entorno son los pronósticos de crecimiento económico para este año, que no han hecho más que ir a la baja.
Aunque los anteriores parámetros nos encaminan a pensar que estamos ante el inicio de una crisis para la economía norteamericana es evidente que nadie puede asegurar que dicho país esté condenado a caer en tan difícil periodo, no obstante, como inversionistas es necesario conocer cómo podemos proceder ante estos períodos de dificultad, te invitamos a seguir informandote y buscar asesoría que te permita generar las estrategias indicadas para cuidar tu capital y buscar obtener rendimientos, porque claro que esto puede llegar a ser posible con la asesoría indicada, aun en tiempos de crisis.