Cuando hablamos de inversiones, solemos relacionar el riesgo con algo malo, llegando a pensar incluso que vamos a perder todo nuestro dinero. Sin embargo, entender y gestionar el riesgo en nuestras inversiones nos ayuda a poder maximizar nuestros rendimientos con lo que estamos dispuestos a invertir.

Hay distintos tipos de Riesgos
Existen distintos tiempos de riesgos, y hay algunos que podemos controlar. Por ejemplo, el riesgo referente a la liquidez, que puede mitigarse al invertir en una institución o instrumento que nos brinde total liquidez. Y si por el contrario, lo que se busca es no tener liquidez para no poder gastar ese dinero, podemos optar por una inversión en la cual no podamos acceder a nuestro capital hasta que se venza el plazo.
Ahora bien, existen otros riesgos que no podemos controlar. Un claro ejemplo es la volatilidad del mercado o en algunos casos los intereses, debido a que son movimientos que cambian por factores externos y que sólo nos permiten analizarlos y realizar movimientos con base a ellos. Si tienes dudas de cada uno de estos riesgo te invito a visitar esta página.
Y ¿qué pasa con los rendimientos?

A veces hay que arriesgar para ganar
Volviendo al tema central, el riesgo y el rendimiento están estrechamente relacionados. Incluso hay una frase muy popular que menciona que a mayor riesgo, mayor rendimiento. Con este dicho podemos asumir que es un factor muy importante a considerar en las inversiones.
Cuando invertimos en un instrumento “sin riesgo”, como pueden ser los que ofrecen los bancos o en algún bono, los rendimientos son muy bajos. En algunas ocaciones, nos ofrecen rendimientos siendo incluso menores a la inflación, con lo que estamos perdiendo el valor de nuestro dinero, aunque sean inversiones.

Además, al asumir un cierto nivel de riesgo, los inversores pueden tener la oportunidad de obtener rendimientos más altos que los que obtendrían en inversiones más seguras.
Por supuesto, esto implica que deben estar dispuestos a aceptar la posibilidad de pérdidas en el corto plazo. Por otro lado, a largo plazo, los inversores que asumen un cierto nivel de riesgo pueden obtener rendimientos significativamente mayores que los inversores que se limitan a inversiones más seguras.
El riesgo es solo un indicador
Es importante analizar y gestionar este indicador. Por ejemplo, diversificando la cartera, estableciendo objetivos, etcétera. De esta forma, podremos minimizarlo al máximo dependiendo de los rendimientos que esperemos.

Un aspecto muy importante que destacar es que la relación entre riesgo y rendimiento no siempre es lineal.
En algunos casos, un pequeño aumento en el riesgo puede llevar a un gran aumento en los rendimientos, mientras que en otros casos, el aumento en los rendimientos es relativamente modesto. Esto significa que los inversores deben estar dispuestos a hacer un análisis cuidadoso de éste, así como de los rendimientos potenciales antes de tomar cualquier decisión de inversión.
En resumen,
el riesgo es una parte necesaria del proceso de inversión. Este puede ser una oportunidad para obtener mayores rendimientos, y es parte fundamental de las inversiones. Por lo que no debería percibirse el riego como algo malo o como pérdidas seguras. Más bien debemos comenzar a ver el riesgo como el precio que debemos pagar para obtener mejores beneficios de nuestro dinero.
Si quieres aprender más de las medidas de riesgo más comunes utilizadas en inversiones, te recomiendo visitar nuestro otro post ¿Cuáles son las medidas de riesgo mas comunes?.